Ésa es una de las conclusiones a las que se llegó en la cumbre por el empleo en la UE celebrada el pasado mes de mayo en Praga. En el caso de España no ocurre una excepción, ya que se necesitan todos los recursos disponibles para recuperar los más de dos millones de puestos de trabajo perdidos desde el inicio de la crisis.
La formación es fundamental para elevar la productividad y competitividad de las empresas españolas en todos los sectores de actividad. Debería dejar de ser vista por los empresarios como un gasto para pasar a ser considerada como una inversión de cara al futuro, donde trabajador y empresa serán los beneficiados.
La administración pública debería fomentar la formación, no sólo entre en los trabajadores en en activo, sino también con los desempleados, para los que sería positivo emplear una parte de su tiempo en formarse para tener más posibilidades de acceder de nuevo al mercado de trabajo.
Fuente: laverdad.es
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